Existe ese instante en la vida en el que todo cambia. Y no tienes que buscarlo, simplemente llega.
A dos velas nace de ese momento en que te rompes de una manera complicada, a cachos, sin posibilidad de restaurar parte de lo que fuiste, sin la seguridad de que necesitarás el tiempo como aliado. Nace de la pérdida, del miedo, de muchos momentos de soledad. De levantarte y ver el mundo de una manera tan distinta que terminas perdiéndote, buscando la casilla de salida, para volver a empezar.
Nace de mucho tiempo mirando a la nada, quizás reflexiva o cansada. Un tiempo dedicado a re-colocar a los protagonistas de tu vida, a tachar de una lista interminable y volcarte en esa decoración minimalista de
tu mundo. Que mucho no es más, que nos es cantidad, es cálida. Y esto se empieza a hacer extensible a cada parte de nuestra vida. Surge por casualidad y escogemos el nombre entre risas. Y, con el tiempo, empieza a coger fuerza y es el impulso para seguir cada día con esa pasión que no se hace, sino que es intrínseca en algunas personas. Y es que hay cosas que no se aprenden, actitudes genéticas, formas de ver la vida, filosofías que te llevan a reconstruirte de una manera determinada.


A dos velas es el reflejo de todos esos valores, de lecciones aprendidas demasiado rápido y sin estar preparados. Exámenes sorpresa de la vida. Y esto hace que cada día nos mueva el corazón, imparable en crear y sin más interés que el de formar parte de la vida de muchas personas que nos encuentran como un espacio en el que compartir emociones, además de la pasión por lo muebles y la decoración.


Siento que este espacio es el ejemplo de las segundas oportunidades, que no importa en qué punto de tu vida te encuentres, siempre hay ese instante en el que creces y te reencuentras. Llegar a este segundo, en el que me estás leyendo, no ha sido fácil. Porque si algo hemos aprendido es que hay que dejar que las cosas fluyan, que el tiempo vaya haciendo su función e ir trabajando con un objetivo claro: hacía dónde queríamos dirigirnos. Y si te quedas, descubrirás que el tiempo será nuestro mejor aliado en cada pieza que restauremos juntos.
La web es nuestra guinda del pastel, el momento en el que aúnan cada una de tus pasiones: escribir, leer, compartir, restaurar, decorar, crear, aprender, enseñar… y, durante el proceso, nos hemos ido emocionando al materializar la imagen que conseguimos proyectar a nuestra compañera Carmen.

¿Por qué un girasol?
Porque un día decidimos abrirnos a las oportunidades, a esa luz cargada de vitalidad que regala cada amanecer. Dicen que el amarillo de sus pétalos está relacionado con la vitalidad, el calor, la energía, la creatividad, la luz…
Y, cuentan, que quienes se rinden a los encantos de esta flor son personas felices, que iluminan los espacios más oscuros. Luz para las personas que te rodean.


Nos gusta pensar que hemos llegado para quedarnos en un rinconcito de tu vida.

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2 comentarios

  1. Lola dice:

    Os encontré por casualidad, dando vueltas por instagram aparecisteis en mi día a día. Cada mañana os busco, me gusta leeros, me hace pensar, reflexionar y sentir que hay gente bonita en el mundo. Enhorabuena por cada paso que estáis dando.

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