La idea de este espacio no nace con A dos velas, sino de la mano de mi hijo Lucas y un blog que me sirvió, durante mucho tiempo, en un rincón en el que ser y estar. Porque a veces necesitamos retirarnos del mundo y dejarnos llevar por mucho de lo que nos mueve por dentro.
En él quería que otras personas pudieran escribir, contar. Me encanta la idea de aprovechar oportunidades y la suerte de que la casualidad nos haya hecho encontrarnos.
En ese espacio decía algo así…
“Las admiro e imagino las historias que encierran sus paredes, los secretos, las promesas, los acuerdos y las rupturas… son confidentes de parte de la vida de muchas personas. Sus mesas invitan a hablar en cercanía. Me gusta el ruido que hacen las cucharas, la máquina del café y las tazas mientras se están preparando para su jornada, y me inspira el murmullo de los protagonistas con los que comparto la tarde.
Notas el calor en invierno, cuando comienza a anochecer, el café esperando impaciente a que salga fin en la pantalla de esa tarde compartida con un amigo, con un libro o contigo mism@.
Aunque científicamente no se ha comprobado, lo cierto es que los olores generan en las personas distintos estados de ánimos. Es posible que se deba a que cada olor se relaciona con una vivencia: un perfume a una persona, el olor a comida, a un viaje, el olor a un libro nuevo…
Personalmente, este aroma me llena de energía, me trae recuerdos de amigos, de tardes de tertulia y de momentos especiales. A veces me regalo ese espacio en el día, junto a una taza de café y alguna historia que contaros.En nuestro ritmo acelerado, necesitamos un escondite en el que poder expresarnos y compartir un rincón en el que sentirnos como en casa. Te invito a coger un café y sentarte conmigo. Solos tú, yo y ese aroma que invade y te impregna los sentidos, hasta sacar lo mejor de uno mism@. Escribe lo que quieras, aquello que te inspira o que crees importante, que te motiva, que te seduce o preocupa…
Podemos reír, compartir e incluso intentar cambiar el mundo… cuenta conmigo para eso… En este espacio, que ya es un poquito de ti, te espero…voy poniendo la cafetera”
y terminaba con…
«Lo mejor de la vida no se planea, sucede»
Han pasado 6 años y con ellos mucho de lo que yo era, cuando escribía estas líneas, se ha ido. Sin embargo, mantengo las misma ganas de compartir, de que los espacios se aúnen y esto se convierta en oportunidades.
Me encanta la idea de desahogar reflexiones y proyectos. Si algo he aprendido es que: juntos se llega más lejos; que las segundas oportunidades traen personas increíbles que te ayudan a avanzar, que detrás de una gran empresa o idea hay personas que han tenido experiencias, que en muchas ocasiones se han roto, reconstruido, reinventado, curado las heridas y retornado en forma de oportunidad.
Si quieres conocer historias, o formar parte de ella, nos vemos en este espacio que nace con la ilusión de restaurarnos con cada pincelada en forma de palabras.